
Autocuidado verdadero vs. autocuidado de mentira
Vivimos en una cultura que confunde autocuidado con performance.
Nos dicen que autocuidarnos es ir al spa, comprarnos algo caro o tomarnos una foto sonriendo con un smoothie verde. Pero si sales de ahí y tu corazón sigue agotado, eso no es autocuidado: es maquillaje emocional.
El verdadero autocuidado es menos glamuroso, pero más profundo:
Dormir a tiempo.
Decir “no” cuando no puedes más.
Pedir ayuda.
Apagar el celular para escuchar tu propia voz.
El autocuidado auténtico no te drena, te nutre.
Y la pregunta es simple: ¿lo que haces para cuidarte te devuelve paz o solo te distrae del vacío?